Hace unos meses venía pensando en la posibilidad de participar en algún festival o exposición de té. Varios intentos quedaron en el aire por distintas razones, pero el camino del té tiene sus propios tiempos… y sus propias puertas.
Finalmente surgió la oportunidad de ser parte de la EURO TEA EXPO, celebrada el 15 y 16 de noviembre en Praga, República Checa. Era la primera edición del evento, y algo en mí sabía que debía estar allí.

Una visión que rompe fronteras
La organización lo expresó con una frase que me acompañó durante todo el día:
“Tea knows no borders” – El té no conoce fronteras.
La expo busca no solo difundir la cultura del té en Europa, sino también acercar al público a una comprensión profunda del té chino y de su enorme diversidad. Y aunque Europa ya tiene una larga historia con el té, desde la tradición inglesa del afternoon tea hasta influencias gastronómicas y artísticas, participar en un evento así abre una perspectiva completamente distinta.
China, que durante siglos guardó celosamente su conocimiento del té, hoy decide compartir mucho más que técnicas: comparte historia, humanidad y calidez.
Y así, sin conocer checo y con un inglés que creía oxidado, me lancé a vivirlo todo con presencia y apertura.
Yunnan y el universo del Pu’erh: mi primera inmersión
Mi primera actividad fue el taller «Understanding & Tasting Yunnan Pu’er Tea» con el maestro Fang Ke, especialista con más de 40 años de experiencia.
Aquí comenzó un viaje fascinante.
¿Por qué empezar por Yunnan?
Porque China es el único país que produce los seis tipos de té, y Yunnan es uno de sus epicentros más antiguos y sagrados.
De hecho, solo en Yunnan crecen los árboles de hoja grande, famosos por su riqueza química, su historia y su biodiversidad.

Pu’erh: regalo de la naturaleza y creación humana
El maestro explicó que en Yunnan existen dos grandes maneras de elaborar Pu’erh:
1. Raw / Sheng (crudo)
- Considerado un regalo de la naturaleza.
- Más intenso, despierta la boca desde el primer sorbo.
- Con los años adquiere notas profundas, licorosas y complejas.
2. Fermented / Shou (fermentado)
- Una creación del ingenio humano.
- Suave, cálido, redondo y con un retrogusto muy prolongado.
- Perfecto para quien busca una experiencia envolvente y serena.
La magia de los árboles ancestrales
Algo que me marcó profundamente fue comprender la diferencia entre:
Árboles ancestrales (más de 100 años)
- Crecen lejos de la actividad humana.
- Sus raíces pueden profundizar metros y metros en la tierra.
- El té tiene más grosor (thickness), una astringencia noble y una fragancia que permanece en la taza.
Árboles jóvenes o “eco” (30–40 años)
- Cultivados en plantaciones.
- Suaves, frescos y ideales para el mercado masivo.
- Pero con menos complejidad y cuerpo que los ancestrales.
Una advertencia clave del maestro:
Si un Pu’erh es extremadamente astringente, algo está mal.
Puede ser un problema de almacenamiento o control ambiental.

El arte de evaluar un buen Pu’erh
Al finalizar la infusión, las hojas deben ser:
- elásticas,
- completas,
- y del color correspondiente a su tipo (raw o fermented).
Y un consejo inesperado:
- Raw Pu’erh con chocolate oscuro.
- Fermented Pu’erh con cheesecake.
Una armonía deliciosa entre dos mundos.
Un salto a lo ancestral: el arte del Sichuan Long-Spout Teapot
La segunda presentación me llevó a contemplar un arte que existe desde hace siglos: el del Sichuan Long-spout Teapot, la tetera de cuello largo utilizada en antiguas casas de té.
Su manejo requiere precisión, concentración y un movimiento casi acrobático que convierte el servicio del té en un espectáculo.
En las plazas de Sichuan aún se conserva la costumbre de beber directamente del gaiwán mientras estos maestros sirven el agua desde la distancia con una elegancia que roza lo imposible.

Gongfucha: una danza entre manos, agua y silencio

En otro espacio, tuve la oportunidad de observar una ceremonia de Gongfucha realizada con una delicadeza que parecía coreografía.
Cada gesto estaba cargado de intención.
Cada silencio, de calma.
Cada mirada, de invitación a estar presentes.
Fue un recordatorio hermoso de que el té no solo se bebe: se habita.
Cómo saborear el té: más allá de lo “rico o no rico”
Uno de los talleres más inspiradores fue How to taste tea, con Don, quien insistió en algo esencial:
“Tasting no es decir si te gustó o no. Es conocer su carácter.”
Tres grupos de receptores gustativos
- Tipo 1: salado
- Tipo 2: dulce, amargo, umami, grasa
- Tipo 3: ácido
Entender cómo se equilibran es clave para comprender un té.
El sistema trigeminal: el invitado oculto
Es el responsable de las sensaciones físicas:
- calor
- frescor
- picor
- temperatura
Es, como dijo Don, “el ecualizador y el control de volumen del sabor”.
Pequeños trucos que transforman la experiencia
- Respiraciones cortas al oler: despiertan el cerebro.
- “Resetear” la nariz oliendo tu propio codo.
- Volver siempre a la historia: personas, montañas, manos, memorias.
Tasting es un acto profundamente humano.
Una forma de aprender sutilidad.
Y, sobre todo, una manera de conectar con otros.
¿Qué es realmente un té ECO? – por Mei Lan Hsiao
El último encuentro del día fue una exposición sumamente interesante sobre la diferencia entre “eco” y “orgánico”.
En el mundo del té:
- “Eco” → término usado de forma más libre, que sugiere prácticas sostenibles, pero no siempre está regulado.
- “Orgánico / ecológico / bio” → tiene certificación, sin químicos sintéticos ni semillas modificadas.
- Sin embargo, Mei Lan nos invita a ser críticos y a mirar más allá de la etiqueta del té: a comprender su historia, su origen y, sobre todo, su sabor.

Una frase que me quedó grabada:
“We deserve to drink real and honest tea.”
(Merecemos beber un té real y honesto.)
Y otra aún más profunda:
“Cuando dejamos ir los deseos, el miedo desaparece y aparece la calma.”
Porque el té también enseña eso:
a mirar la raíz, no solo la hoja.
Cierro este primer día con gratitud
El primer día de la EURO TEA EXPO fue una mezcla hermosa de historia, técnica, arte y humanidad. Desde Yunnan hasta Sichuan, desde los árboles ancestrales hasta nuestros propios sentidos, el té se mostró como un puente que une culturas y personas.
Un recordatorio constante de que el té, como la vida, es encuentro, memoria y presencia.
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